Cada 8 de marzo conmemoramos el Día Internacional de las Mujeres, una fecha de reflexión sobre los derechos conquistados y los desafíos pendientes en la búsqueda de la equidad de género.

En el ámbito de la salud, el rol de las médicas ha sido fundamental, aunque históricamente subvalorado. A lo largo del tiempo, han enfrentado desigualdades en oportunidades laborales y en el acceso a espacios de toma de decisiones. Sin embargo, su labor ha sido clave para el desarrollo de la atención sanitaria, la formación de nuevas generaciones de profesionales y la mejora de la calidad de vida en la sociedad.

Las instituciones médicas y académicas reafirman su compromiso con la equidad, el respeto y la valoración del trabajo de las médicas. Es fundamental continuar promoviendo condiciones laborales justas, el acceso a cargos de liderazgo y la eliminación de barreras que limiten su crecimiento profesional.

El 8 de marzo no es solo una jornada de reconocimiento, sino también un llamado a construir un sistema de salud más inclusivo y equitativo. La participación plena de las médicas en igualdad de condiciones es esencial para fortalecer el acceso a la salud y mejorar la atención a toda la comunidad.

Esta fecha también nos interpela sobre las deudas pendientes en derechos, oportunidades y reconocimiento. La lucha por una medicina equitativa es un compromiso diario, y cada avance en igualdad nos acerca a una sociedad más justa.