Las relaciones entre la contaminación del aire, la susceptibilidad genética y los desenlaces del COVID-19, así como las posibles interacciones entre los dos primeros factores , siguen siendo en gran medida inexploradas. A partir de ello un grupo de investigadores de la Universidades de Wuhan y Oxford procedió a utilizar el modelo de riesgos proporcionales de Cox para evaluar las asociaciones entre la exposición a largo plazo al aire contaminado y el riesgo de desenlaces adversos ante el contacto con el virus SARS-CoV-2 (infección, hospitalización y muerte) en una cohorte previamente no expuesta al COVID-19 (n = 458.396). Paralelamente, se evaluaron las asociaciones entre los contaminantes del aire y el riesgo de gravedad de la COVID-19 (hospitalización y muerte) en una cohorte de infectados por este virus (n = 110.216). Igualmente, se investigó el papel de la susceptibilidad genética del hospedero en el escenario relacional entre la exposición a los contaminantes del aire y el curso de la infección por COVID-19.

Los participantes del Biobanco del Reino Unido comprendieron más de medio millón de personas que viven en comunidades de toda Inglaterra, Escocia y Gales, con edades comprendidas entre 37 y 73 años en el momento del reclutamiento inicial entre 2007 y 2010. La información de seguimiento se obtuvo a través de la vinculación con múltiples registros médicos electrónicos externos y los datos relacionados con la COVID-19 proporcionados por Public Health England, Public Health Scotland y Secure Anonymized Information Linkage.

La exposición a largo plazo a contaminantes del aire, material particulado (PM[1]), se asoció significativamente con un mayor riesgo de desenlaces desfavorables ante COVID-19 en la cohorte de individuos sin exposición previa al mismo. De manera similar, en la cohorte infectada por COVID-19, los cocientes de riesgo (HR) para el ingreso hospitalario por esta virosis fueron 1.23 (1.19 – 1.27) para PM2.5 y 1.22 (1.17 – 1.26) para PM10, mientras que los HR para la muerte por COVID-19 fueron 1.28 (1.18 – 1.39) para PM2.5 y 1.25 (1.16 – 1.36) para PM10. Cabe destacar que se encontraron interacciones significativas entre PM2.5/PM10 y la susceptibilidad genética en la muerte por COVID-19. En la cohorte de infectados por COVID-19, los participantes con alto riesgo genético y alta exposición a contaminantes del aire tenían entre 1.86 y 1.97 y entre 1.91 y 2.14 de riesgo más alto de hospitalización y muerte por COVID-19 en comparación con aquellos con bajo riesgo genético y baja exposición al aire contaminado.

Resulta claro que la exposición a la contaminación del aire se asocia significativamente con una mayor carga de COVID-19 grave, y las interacciones entre la contaminación del aire y los genes pueden desempeñar un papel crucial en el desarrollo de desenlaces adversos por esta enfermedad.

Referencia Ma Y, et al. Independent and combined effects of long-term air pollution exposure and genetic predisposition on COVID-19 severity: A population-based cohort study. Proc Natl Acad Sci USA 2025 Mar 11;122(10):e2421513122. doi: 10.1073/pnas.2421513122


[1] Exposición a distintos niveles de material particulado (PM)2.5 (<10 μg/m³), PM10 (<20 μg/m³), según la OMS.

[1] Exposición a distintos niveles de material particulado (PM)2.5 (<10 μg/m³), PM10 (<20 μg/m³), según la OMS.