La pandemia de covid-19 provocó cambios y conflictos frecuentes en las políticas sobre mascarillas y la politización de las mismas. Atento a esta problemática se acaba de publicar un trabajo realizado por investigadores de la Facultad de Medicina y Salud, Universidad de Nueva Gales del Sur, Australia y el Departamento Nuffield de Ciencias de la Salud de Atención Primaria Universidad de Oxford. Se trata de una revisión sobre la efectividad de las mascarillas y los respiradores en entornos de atención médica, comunitarios y especiales. Se identificaron artículos en PubMed (desde enero de 1950 hasta el 31 de diciembre de 2023), Embase (desde 1988 hasta el 31 de diciembre de 2023), Cochrane Library, Web of Science y Google Scholar. También se realizaron búsquedas en el Registro de Ensayos Clínicos de Australia y Nueva Zelanda y de los Institutos Nacionales de Salud de EE. UU (solo se incluyeron publicaciones en idioma inglés). Al revisar la evidencia (incluidos los estudios publicados tras la pandemia), los datos sugieren que los respiradores son más efectivos que las mascarillas en el ámbito sanitario, pero deben usarse continuamente para brindar protección. Los entornos sanitarios y de atención a personas mayores aumentan los brotes, por lo que la protección de los pacientes y el personal es primordial. La mayoría de las pautas asumen que el riesgo solo está presente durante el contacto cercano o los procedimientos generadores de aerosoles, en tanto que el uso intermitente de respiradores no brinda protección. Una nueva investigación en la ciencia de los aerosoles confirma que el riesgo de infección está generalizado en los centros de salud. En entornos comunitarios, cualquier uso de mascarilla brinda protección durante epidemias, especialmente si se usa anticipadamente, cuando se combina con la higiene de manos y si los usuarios cumplen con las normas. El uso comunitario de respiradores N95 brinda más protección que las mascarillas quirúrgicas, las cuales son más protectoras que las de tela, aunque estas últimas brindan cierta protección. La razón principal para el uso universal de mascarillas durante las pandemias es la transmisión asintomática, lo que significa que el riesgo de transmisión no puede identificarse por sí mismo. El principio de precaución debe aplicarse ante infecciones emergentes graves o pandemias cuando no se comprende completamente el modo de transmisión, o no hay vacunas ni medicamentos disponibles. Si no hay respiradores disponibles, se pueden utilizar mascarillas médicas o de tela como último recurso. Existen datos que respaldan el uso extendido y la reutilización de mascarillas y respiradores durante la escasez de suministro.

En resumen, la amplia evidencia generada durante la pandemia de COVID-19 confirma la superioridad de los respiradores y respalda el uso de mascarillas y respiradores en la comunidad durante períodos de alta actividad epidémica. Siguen existiendo lagunas en la investigación, como los análisis económicos, y grupos poblacionales especiales para contrapesar la desinformación.

Referencia

MacIntyre CR, et al. The role of masks and respirators in preventing respiratory infections in healthcare and community settings. BMJ 2025 Feb 27;388:e078573. doi: 10.1136/bmj-2023-078573