La enfermedad persistente por COVID-19 es una afección clínica heterogénea cuya fisiopatogénesis es más bien incierta, aunque si está desencadenada por la infección SARS-CoV-2. Atento a este gap de conocimiento un grupo de investigadores del Reino Unido y Suecia aplicó una serie de análisis ultrasensibles para obtener un perfil de la respuesta inmune y el proteoma plasmático en dos grandes grupos de individuos que sobrellevaron la infección por este coronavirus, abarcando dos cohortes geográficamente independientes: Suecia y Reino Unido. La primer de ellas incluyó a convalecientes sanos (controles, n=70) y a individuos con COVID persistente (casos, n=70) reclutados entre los concurrentes al Hospital Universitario de Llandough. La segunda cohorte también se constituyó con convalecientes sanos ( n=30) e individuos con COVID persistente (n= 95) asistidos en el Hospital Universitario Karolinska.
La enfermedad sintomática no se asoció de forma clara con diferencias cuantitativas en la composición del linaje de las células inmunocompetentes ni con la inmunidad antiviral de los linfocitos T. No obstante, los individuos convalecientes sanos mostraron títulos más altos de anticuerpos neutralizantes contra el SARS-CoV-2 respecto de aquellos con COVID persistente. Los análisis exhaustivos para el fenotipaje de las células inmunes revelaron un sutil aumento en la expresión de algunos receptores inhibidores de la reactividad (en particular PD-1 y TIM-3)[1], en las células T CD8+ anti-SARS-CoV-2 de los individuos con COVID persistente. Además, se identificó una biorúbrica plasmática de la enfermedad donde la disnea apareció vinculada con redes inflamatorias centradas en varios mediadores como CCL3, CD40, IKBKG, e IL-18[2], a la par de una desregulación de otras vías asociadas con la injuria pulmonar y la activación plaquetaria.
Los hallazgos sugieren que el daño pulmonar y la manifiesta disnea coexiste con la presencia de una serie de biomarcadores sistémicos ligados a procesos flogósicos sin un manifiesto compromiso de la inmunidad celular. El COVID prolongado parecería estar ligado más bien a eventos tisulares localizados en parte ligados a una baja exposición continua a antígenos virales potencialmente facilitada por una inmunidad humoral subóptima en este tipo de pacientes.
Referencia
Gao Y, et al. Identification of soluble biomarkers that associate with distinct manifestations of long COVID. Nat Immunol. 2025 May; 26(5): 692-705. doi: 10.1038/s41590-025-02135-5
[1] PD-1 y TIM-3 son receptores inhibidores relacionados al agotamiento de las células T ya que se expresan abundantemente en células T CD8+ exhaustas.
[2] CCL3 es una quimiocina que facilita el reclutamiento de neutrófilos en la respuesta inflamatoria; IKBKG está vinculado al armado de la respuesta inflamatoria y IL-18 es una citocina con conocidos efectos proinflamatorios. Por su parte, CD40 se halla involucrado en la activación y diferenciación de los linfocitos B.